Soy hijo de un padre que nunca nació. Lo sé porque he observado su vida. Desde que tengo memoria, no recuerdo haber visto jamás el placer en sus ojos: pocas satisfacciones, quizá ninguna alegría.
Eso me ha impedido disfrutar plenamente de mi propia vida. Pues, ¿cómo puede un hijo vivir su vida si el padre no ha vivido la suya? Anuqe algunos lo consiguen, resulta siempre complicado. Es un taller de sentimientos de culpa que trabaja a todo ritmo.
De la novela El tiempo que querría de Fabio Volo
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